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ÁNGARO’, UN CANTO PLURAL Y ANCESTRAL. ‘Angaro’, a diverse and ancestral song

Laboratorio Escénico (Tenerife, España)

Ángaro es un espectáculo interdisciplinar —crea- ción de la compañía musical y de artes escénicas canaria Pieles— en el que los límites y fronterasgeográficas se desdibujan; en el que músicas e instrumentos lejanos, en espacio y tiempo, se anto- jan propios. Es la sorpresa que se produce si nosremontamos a otras épocas e indagamos en nues- tros antepasados y comprobamos que comparti- mos un sinfín de matices con diferentes etnias delresto del planeta; lo que hoy reclamamos como nuestro ya fue antes de otro lugar... Por eso, Pie- les propone con Ángaro un hermanamiento entre los cinco continentes —partiendo desde un senti- miento de pertenencia global— valiéndose de las músicas tradicionales y populares de aquí y allá.

Palabras clave

Canarias, música, folclore, músicas del mundo, cul- turas

Ángaro is an interdisciplinary performance produ- ced by Pieles, a Canarian music and drama trou- pe, in which geographical constraints and boun-daries are blurred, and music and instruments from afar, both in space and time, are perceived as one’s own. In looking back to the past and ex-ploring the world of our ancestors, the reaction to the myriad subtleties shared between different ethnic groups worldwide is one of surprise; what we claim today as ours, already existed elsewhere. For this reason, Pieles views Angaro as an instru- ment to bring together the five continents —moved by a sense of global belonging— through traditio- nal and popular music from here and elsewhere.

Keywords

Canary Islands, music, folklore, music of the world, cultures

Las islas Canarias, debido a su situación geo- gráfica, han sido desde antiguo un lugar estratégico, de obligado paso para piratas, viajeros, emigrantes..., así como de volun- tario retiro o asentamiento de quienes quedaron prendados de la belleza y condiciones climáticas de las llamadas «Islas Afortunadas». Tras la conse- cuente aculturación, el folclore del archipiélago fue convirtiéndose en una mixtura entre el folclore de sus originarios habitantes y las costumbres que iban aprehendiendo estos de los extranjeros provenien- tes de diversos lugares del mundo. Curiosamente, a pesar de ser este conjunto de islas un pequeño espacio físico en medio del océano atlántico, se ha convertido en un gran continente aglutinador denumerosas manifestaciones folclóricas —en el sen- tido estricto de la palabra—, tanto en su conjunto como en cada una de las islas por separado.

Atendiendo a este enriquecedor fenómeno, la compañía canaria de música y artes escénicas Pie- les se inspira en el folclore de Canarias, estable- ciendo puentes entre culturas ya conectadas desde antiguo y otras con las que —solo a priori— no han mantenido relaciones ancestrales. La compañía se vale de las canciones que forman parte, tradicional y popularmente, del folclore canario y que son ya en sí mismas la suma de ingredientes provenien- tes de Europa, África y América, y añade sonorida- des, matices, elementos e instrumentos del resto del mundo, dando lugar a un canto plural: canario y universal. Si bien Canto al trabajo, primer espec- táculo de Pieles, rendía homenaje a los cantos de trabajo y costumbres de las islas —valiéndose de los elementos más primitivos, como la piedra, el cristal, la madera, el metal y el agua—, con Ángaro apuesta por desdibujar todo límite geográfico a través de una óptica vanguardista, cinematográfica y, sobre todo, muy personal.

La música y la estética de Ángaro atienden al gusto y necesidad de quienes forman la compañía: personas curiosas, inquietas, libres y con sed de creación y crecimiento constante; todo ello base para construir un universo que se enclava dentro de la llamada world music y que, aun así, ha calado en la escena folclórica más tradicional. Quizá hayan sido el sentimiento de pertenencia (a culturas más o menos cercanas en el espacio físico) y el respeto por el legado de nuestros antepasados (sean cuales sean sus orígenes) los avales para que la irrupción de Pieles en ese ámbito haya sido acogida con los brazos abiertos.

Así, Ángaro nace como un proyecto artístico in- terdisciplinar en el que se aúnan el sonido, la pa- labra y el lenguaje audiovisual, ofreciendo un no-vedoso soporte a las manifestaciones populares de diferentes lugares del planeta y mostrando su evo- lución hasta nuestros días; el folclore prehispánico

y la música popular de Canarias, coadyuvados por otras culturas, elevados a categoría estética. Es el eco de un legado que aún perdura en los barran-cos, en la mar, en el campo, en elementos como la arena, la sal, las piedras. Ángaro nace del diálogo establecido entre saberes populares e intuiciones, y se convierte en una manifestación artística e in- terdisciplinar concebida para incidir en la emoción del espectador. Y esto sucede gracias a canciones, ritmos, palabras, danzas, imágenes y saberes po- pulares a través de viejas y nuevas herramientas de creación, engarzadas durante poco más de una hora por un equipo humano formado por dieciséis personas entre elenco, técnicos y directores (artísti- co y escénico).

Así como el entorno encauza la vida de los pue- blos y determina sus expresiones artísticas, Ángaro se gesta desde el sentimiento de pertenencia glo-bal por parte de cada uno de sus componentes. Es- tos asumen y conciben de forma natural el acervo cultural universal, propiciando el acercamiento en- tre los elementos y matices de las diferentes cultu- ras a partir de sus propias experiencias —personales y grupales— e inspirándose en lo antiguo para crear e interpretar un mundo visual y sonoro actual. Án- garo habla, pues, del sentimiento de pertenencia que trae consigo, de manera implícita, el deseo de salvaguardar todo aquello que nos identifica como seres sociales, independientemente del lugar en el que se haya nacido. El folclore musical cuenta con la capacidad de viajar, tanto en el tiempo como en el espacio, y contiene un saber común que derrama por todo el mundo. Y es solo cuestión de tiempo que acabemos impregnándonos de él.

Durante este viaje sonoro, se dan cita los rumo- res propios de aquel escenario en que se engen- draron los primeros sonidos originados por loshabitantes de las islas: lenguaje silbado, voces que producen tonadas y letanías, manos que percuten patrones rítmicos y rituales en tambores construi-dos con pieles de animales, que sacuden sonajeros de conchas de lapas... Esos murmullos, esos soni- dos, se van entremezclando con las emociones y el carácter del pueblo —del que parte Ángaro— en for- ma de canciones; unas nacidas en Canarias y otras que llegaron en barco para adaptarse y quedarse. Y esas canciones se reinventan ahora, valiéndose de nuevas líneas melódicas y armónicas, tanto vocales como instrumentales. Los instrumentos de corte clásico irrumpen en el folclore musical para crear espacios nuevos que nos recuerdan siempre nues- tro origen. Piano, violín, contrabajo, forito, trompeta, trompa... son algunos de los instrumentos que se fusionan con la guitarra, el timple o los tambores ca- narios, instrumentos típicos en nuestras músicas tra- dicionales y populares. Y se suman elementos y ob- jetos que, además de cumplir una función escénica,

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desempeñan un papel también musical: utensilios de labranza, molienda y siembra, piedras, maderas, agua, conchas marinas, cañas, pezuñas de animales, huesos... Todos ellos unas veces suavemente aca- riciados y otras golpeados enérgicamente por el elenco de artistas, integrados en cada escena cual atrezzo, como actores que cantan y músicos que actúan. Son hombres y mujeres que usan sus vidas para crear Ángaro.

Cada pieza es una cosmovisión; cada escena una estampa, un cuadro escénico. Unas veces cos- tumbrista, otras onírico. Se despierta un universo que nace de la oscuridad del interior de la tierra — gracias a la tecnología más avanzada— y emergen distintos mundos, distintas realidades que, comoÁngaro, vienen a contarnos la posibilidad de per- tenecer a distintos cosmos que parten de uno co- mún muy antiguo. El diseño y juego de luces viene, antagónicamente, a crear luces y penumbras, de modo que todo lo que está y ocurre sobre las tablas aparece por sorpresa y desaparece sutilmente paraasombro de los espectadores. Así, cada elemento tiene su aquí y ahora; y van cobrando protagonismo en un momento o relegándose a un segundo plano el resto del tiempo. Incluso en el caso de los artis- tas —auxiliados por un vestuario inspirado también en diversos momentos históricos y distintos lugares del mundo—, el protagonismo va y viene, están en el foco o en la más absoluta oscuridad. Salvo al final de este viaje, mediante el que se llega a un espa- cio abierto, luminoso, donde se reivindica la supre- macía de la naturaleza y la cultura sobre todas las cosas; donde se alaba la capacidad del arte como una herramienta que no debe ser utilizada en los atentados contra los espacios naturales protegidos.

Ángaro es, principalmente, un viaje sonoro, por lo que el diseño y amplificación del sonido es im- prescindible para embarcar al público en esta tra-vesía ancestral y cosmopolita. Desde la austeridad propia de la voz desnuda —acompañada simple- mente por una piedra que muele el trigo—, el golpe en cajones peruanos o enormes tambores japone- ses o americanos, el sonido envolvente de flautas de todo el mundo..., todo queda medido y refle- jado en su justa medida para que cada nota, cada palabra y cada golpe sean apreciados por quienes forma parte de esta historia en algún momento, sea cual sea el auditorio.

Programa

‘Ángaro’

Es una pieza de creación propia que se inspira en la melodía y la fuerza del tajaraste. El término «ánga- ro», de origen griego y ya en desuso, hace referen- cia al fuego que se hacía antiguamente en las ata-

layas a modo de aviso. En este caso, Ángaro —que da nombre al espectáculo— es la llamada que nos invita a adentrarnos en un viaje apasionante y dejar- nos llevar por las emociones.

‘Trigo tostado’

El sonido que produce el grano en la piedra de mo- ler nos traslada a una época en la que el hambre protagonizaba la vida de muchas personas. De lanecesidad de romper con la monotonía de las ta- reas cotidianas, entretener el estómago y alimentar al alma surgen cantos como el de panaderas —pro- veniente del folclore ibérico—, en el que se basa esta canción.

‘Aires de Mali’

Desde el principio, el sugerente sonido de la kalim- ba y de las calabazas percutidas delata la presencia del espíritu africano que envuelve los aires de Lima de Valsequillo (Gran Canaria) en los que está inspi- rada esta canción. Los djembes hablan con fuerza y el violín responde con delicadeza y contundencia, derramando sus notas sobre un escenario en el que la ya corta distancia geográfica que separa a Cana- rias del continente africano se ha desvanecido.

‘Fujara’

El título de esta pieza hace referencia a la flauta de origen eslovaco que suena al comienzo sobre el la- mento del bajo eléctrico. Está basada en el sirino- que de la isla de La Palma y en ella se interpreta de forma silbada parte de los cantos de relaciones, en los que tradicionalmente se establece un desafío entre los que improvisan las coplas cantadas. Mien- tras los silbos suenan, las cantantes comienzan a gi- rar sobre sí mismas al estilo de la danza derviche — práctica meditativa de carácter espiritual de origen turco—. Esta escena da paso a una secuencia más influenciada por el flamenco, en la que se suceden las improvisaciones de instrumentos clásicos y po- pulares.

‘Magdalena’

A partir de la isa del uno de la isla de Lanzarote como fuente de inspiración, surge una sugerente y delicada puesta en escena. Nutrida también de so-noridades de origen africano a través de instrumen- tos como los caxixis o el birimbao, a ella se suma el repiqueteo alegre y característico de las lapas.

‘Gofio y jarea’

El folclore de El Hierro protagoniza esta creación —basada en el tango herreño y en el baile del san- to— que comienza con el sonido de los bucios. El carácter enérgico que adquiere desde el principio está fundamentado principalmente en el toque de panderos cuadrados de Peñaparda (Salamanca).

julio-diciembre 2019

Destaca también en esta pieza la inclusión de una txalaparta, instrumento procedente del País Vasco formado por unos maderos que se percuten con unas makilas —palos de madera semejantes al tole- te canario—. Su fabricación ha sido original y muy peculiar, pues se utilizaron unos antiguos yugos de arado.

‘Alisios’

Es una composición propia inspirada en una de las melodías que dibujan los pitos herreños en el baile de la Virgen. La letra del estribillo se basa en esta endecha en idioma nativo, recogida por el cronis- ta Leonardo Torriani en la isla de El Hierro: Mime- rahanà zinu zinuhà / Ahemen aten haran hua / Zu Agarfù fenere nuzà, cuya traducción es: «Acá nos traen, acá nos llevan. / Qué importan leche, agua y pan, / si Agarfa no quiere mirarme». Alisios tiene el mismo tono lastimero que caracteriza a la endecha canaria, composición poética procedente de la cul- tura aborigen en la que se aprecia una clara influen- cia sefardí.

‘Velorio de los angelitos’

El título de esta pieza recoge el nombre que se le daba a un antiguo rito funerario practicado regular- mente en La Gomera hasta principios del siglo XX y pone de manifiesto la particular manera en que se velaba a los niños pequeños —los angelitos— antes de darles sepultura. Sus seres queridos más cerca- nos cantaban, bailaban llevándolos en brazos y to- caban el tambor y las chácaras en su honor. Tam- bién en Ángaro, sobre el escenario, tras el reclamo del sonido de un litófono, los artistas se entregan al canto, al toque y al baile sobrecogidos, como si el espíritu que envolvía esa costumbre de antaño regresara de alguna manera... o como si nunca hu- biera desaparecido del todo.

‘Sorondongo’

En esta particular versión del sorondongo de Fuer- teventura, instrumentos tradicionales canarios, como el tambor gomero o las chácaras, se combi-nan con otros pertenecientes a otras culturas, como los panderos de Azerbaiyán o las calabazas africa- nas; todo ello sobre una base instrumental de cor- te clásico que además se encarga de introducir el tema a partir de un peculiar juego rítmico.

‘Tanganillo’

El redoble de dos enormes tambores inspirados en taikos —tambores japoneses— anuncia el comienzo de esta propuesta musical que se fundamenta en el tanganillo de la isla de Tenerife y se nutre también de sonoridades africanas a partir del toque del be- rimbao y las krakebs. Además, la percusión canaria está representada en este caso por las castañetas y

el tambor de El Palmar (Tenerife). La conjugación de trompa, violín, contrabajo y piano con la que con- cluye el tema lo dota de cierto carácter cinemato- gráfico.

‘Tango guanchero’

Tomando como referencia la canción folclórica ho- mónima propia del barrio de Benijos, en la zona alta de La Orotava (Tenerife), una flauta de pico de tesi- tura grave utilizada tradicionalmente en la música irlandesa (low whistle) es la encargada de sumergir- nos desde el principio en una atmósfera emotiva y melancólica que caracteriza nuestra interpretación.

‘La Florida’

Esta creación está inspirada en el tango de La Flo- rida, que originalmente se cantaba y se bailaba en la zona alta del municipio de La Orotava (Tenerife), donde se encuentra el barrio de La Florida. Para su interpretación se hace uso de un forito, nombre que se le da a un tipo de acordeón utilizado en Lanzaro- te, además, de una guitarra y un timple con una es- tética y una historia particular: ambos instrumentos están fabricados exclusivamente para Ángaro, dos instrumentos hermanos a los que el lutier tinerfe- ño David Sánchez dio vida a partir de una misma pieza de madera recuperada en la isla conejera. La presencia del violín, el fliscorno y el contrabajo terminan de redondear esta propuesta sumamente emotiva. Y de la misma manera que ocurre en el re- ferente tradicional, al final introducimos un tajaraste acompañado de chácaras y tambores que da pie a una conclusión intensa y conmovedora.

‘Tindaya’

La montaña de Tindaya, en la isla de Fuerteventura, es el germen que ha dado como fruto esta canción basada en la polca majorera. La letra de esta com- posición y el texto que se recita al principio supo- nen una apología de la preservación de los elemen- tos identitarios del pueblo majorero y canario y, a su vez, pretenden ser un llamamiento a la coherencia en las intervenciones artísticas en los suelos prote- gidos de nuestras islas.

‘Malagueña del tambor’

Basada en la malagueña margariteña (Venezuela) y en la malagueña de los novios (Fuerteventura), esta creación habla del poder de la percusión —especial- mente del tambor—, de cómo es capaz de hacernos latir como un solo pulso. Los principales protago- nistas son los cuatro enormes tambores —inspirados en los pow wow provenientes de la cultura ameri- cana— con los que los percusionistas se funden y rugen como cuatro fieras en el punto álgido de este viaje sonoro. Los tambores nos recuerdan que exis- te un vínculo profundo, hermoso y poderoso que

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nos conecta a todos los seres vivos con la tierra. Esta canción es un torrente de fuerza canalizado a través de la percusión y del tambor que nos late dentro del pecho.

‘San Borondón’

Según una leyenda popular canaria, San Boron- dón era una isla que se caracterizaba por aparecer y desaparecer a su antojo, escondiéndose tras una espesa niebla, ocultándose a los ojos de quienes la buscaban. Esta creación propia se inspira en la inquieta historia de ese pueblo mitológico y nos

invita también a indagar en el terreno personal, en nuestras propias arenas movedizas, que nos llevan a ausentarnos a veces o a atrevernos a aparecer con toda la presencia..., sin miedo a ser descubiertos.

Ángaro es fuego..., es lava..., es tierra..., es roca..., es volcán en erupción. Es un fuego que avi- sa y que nos hace partícipes de un nuevo espacio creado por una explosión que tiene lugar en las en- trañas de la tierra..., en el que confluyen todas las culturas del mundo.

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